jueves, agosto 04, 2005

FENOMENOLOGIAS.. Presentación


Ciertamente..,
Estaba leyendo nuevamente a khun, a lakatos y al hippie feyerabend, que por allá por fines de los sesenta y comienzos de los 70 retomaban la vieja pretensión de darle un fundamento al conocimiento en su versión moderna: la ciencia. No deja de ser elocuente que el razonamiento lógico llevado a su máximo desarrollo y jugado en feyerabend en "contra el método", manifestado en el clásico -todo vale-, enuncie la dificultad de establecer la certeza científica, una suerte de alo coqueto de la realidad.

Por otra parte no deja ser extraño que varios de mis colegas y amigos hayamos asistido en calidad de espectadores o actores a clases de metodología de las ciencias, (ya sea sobre grupos de discusión, entrevistas, etnografías etc) cuestión que forma parte del tema que quiero introducir.

Lo más increíble de todo este desarrollo en epistemología, es constatar que por medio de la razón, no podamos tener un fundamento del tipo científico para tener certezas, incluso don Humberto lo resume en una fórmula que diría más o menos así: "no podemos distinguir la realidad de la ilusión". Esta idea extraña, llevado a lo cotidiano nos informa de múltiples consecuencias, por ejemplo que respecto al mundo natural no podemos saber que el sol no se apagará mañana, o que la ley de gravedad no haga un pequeño chiste. Así es, una noticia que tiene más de 300 años y que se remonta a David Hume y a todos los predecesores de don Inmanuel Kant, y que sin embargo antes de irme a dormir pasa desapercibida.

Alfred Schutz, en 'fenomenología del mundo social' comenta que al fin y al cabo: " todos somos ciudadanos de la vida cotidiana", como señalando un campo común y compartido en el cual las multiples diferencias y contradicciones podrían encontrarse. Esta idea me hace situar una perspectiva, o -nivel de observables- que me es bastante cómoda he de confesar. Después de todo como explicar en dos o tres palabras el extraño interés que me provocan estos temas cuando debo justificar mi afición por la filosofía al cursar el magister, pues en el copeteo con amigos el tema suele salir, lo que muchas veces es tema de conversación de borrachos (mi tesis es que el alcohol puede ser muy reflexivo) parece ser un campo entero de interés, que particularmente me interesa revisar.

Pues bien, la fenomenología me sugiere que a la razón hay que tratarla como una amiga y no como un monstruo que haya que atar o desterrar. Y para eso se requiere primero no tener miedo a observar. Para evitar las sensibilidades ciegas.., los conceptos vacíos.., la enajenación.., así como cualquier otra señal de pérdida de lucidez ya sugerida y advertida por nuestros antepasados, parece ser que lo adecuado es un modo de atención flotante, una especie de enactividad con ausencia de memoria y deseo, pues éstos sólo resultarán útiles en el momento de la sospecha, acto madre de la interpretación (saludos al fallecido Ricouer). En otras palabras, si el fenómeno se nos aparece allí estaremos... en ningún otro lugar.